Esta obra maestra de la pintura abstracta, denota la
influencia en Kandinsky de la música clásica.
Cuadro con mancha roja (1914) de Vassili Kandinsky
(1866-1944) es una obra célebre, con toda justicia. Actualmente se encuentra en
el Centre Pompidou de París. Tiene la valía de que marca el límite entre las
obras que generadas a partir de inspiraciones repentinas y las composiciones
profundamente meditadas, que se fundamentan en complejas arquitecturas
visuales.
Geometría cromática
En 1913, Kandinsky cambió el título de sus pinturas, y así,
dejo de nombrarlas como “improvisaciones” para denominarlas “composiciones”.
Esto puede comprenderse por la estrecha relación que, en ese entonces, el
artista ruso estaba teniendo con la música sinfónica de ese entonces. Muestra
de ello es la elección de títulos que Kandinsky manejaba.
En sus famosos escritos teóricos, Kandisnky sostenía tesis, todas ellas
desarrolladas en la fase más intensa de su voluntad de abstracción, en las que
sostenía que el valor de un cierto color queda subrayado por una forma
determinada, así como también, se mitiga con otra diferente. Por ejemplo, los
colores “agudos”, como el amarillo, se perciben mejor con formas puntiagudas.
En cambio, los colores que se pueden calificar de profundos, como el azul, su
efecto se incrementa con formas redondeadas.
Signos, identidad e inspiración
Cuadro con mancha roja, debe su título precisamente a la
gran mancha rojiza, de redondeado contorno, que se aprecia en la parte superior
del lienzo. Junto a ella aparece también, una forma ojival con una doble línea.
Se trata de un signo particular de Kandinsky, presente en otras obras
elaboradas en este periodo de su trayectoria creativa. Si bien puede aludir a
algún elemento figurativo (un tejado, una cumbre, ramas o una vela), al final
evade cualquier referencialidad y únicamente se concreta como un núcleo en
torno al cual se entrevera una fascinante y variada serie cromática.
Música visual
Además de la gran mancha roja, diversos motivos en este
mismo color se distinguen en otras partes de la obra, aunque con variada
intensidad, signos y modulación. Una clave para comprender este tipo de
expresividad manejada por Kandinsky es la amistad que cultivó con el músico y
también pintor Arnold Schoenberg. La música clásica jugó un rol
preponderante en la gestación de la pintura abstracta y esto se hace patente en
Kandinsky más que en cualquier artista de su tiempo. La música era para este
creativo ruso el modelo por seguir, una meta en lo que se refiere al manejo de
materiales y su posible riqueza de combinaciones. La música en su manifestación
estética se fundamenta, por lo general, en combinaciones de sonidos, no en representaciones
de la realidad. Justo eso lo que- a juicio de Kandinsky y los muchos artistas
que lo siguieron- debía hacerse con la pintura: combinar libremente líneas, colores y
figuras.
Cuadro con mancha roja expone esta iniciativa y además,
muestra la técnica de Kandisnky al utilizar de manera preponderante los tres
colores primarios: amarillo, rojo y azul, como si tratara de hacer patentes las
bases cromáticas desde donde se erige el cosmos de colores y luces en el arte.
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