Sandro Botticelli (1445-1510) exquisito pintor del
Quatrocentto, realizó "El nacimiento de Venus" por un encargo de Piero
Francesco de Medicis, miembro de la célebre familia florentina, para su villa
de Castello. Si bien el título de la obra alude al nacimiento de la diosa del
amor, de acuerdo a la mitología clásica, en realidad la obra de Botticelli
refiere a un evento posterior: el arribo de Venus a la Isla de Citerea. Para
ello, Botticelli se inspiró en versos del poeta Angelo Poliziano, en donde se
nos expresa cómo la diosa, nacida de la espuma marina, brota de las olas flotando
sobre una concha, en una encarnación de la belleza absoluta.
La llegada del amor
Céfiro y Aura, personificaciones divinas del viento, soplan
la concha de Venus y la impulsan a tierra firme, justo en donde una noble Hora
de la primavera aguarda a la diosa para cubrirla con un florido
manto. Mientras el soplo de las divinidades agita las aguas, flores, cabellos y
ropajes, la diosa permanece inmóvil, calma y grácil, en medio del inquieto
ambiente, cual si se tratara de una estatua clásica. "El nacimiento de
Venus" también refiere a nociones cristianas como las del Bautismo de
Cristo. Botticelli logró en esta composición un compendio referencial de las
tendencias filosóficas y literarias del humanismo renacentista.
Eros y sabiduría
De acuerdo a planteamientos del filósofo Giorgio Colli, en
torno al Fedro platónico, se puede llevar a cabo una sugestiva
lectura acerca del "Nacimiento de Venus". Colli considera que la experiencia
platónica del Eros, tal y como sucede con la soledad, es un camino para
alcanzar la sabiduría. Quien aspira a las ideas perfectas e inmutables padece
por no poderlas alcanzar. Sin embargo, el amor ofrece un alivio a este
tormento. La contemplación del objeto amado se constituye en un límite al deseo
de trascendencia. La intuición mística tiende a la perfección, es decir, a lo
eterno e inmutable, y precisamente en el amor, en el eros, se consigue una
visión de ese estado. La belleza, la imagen de lo amado es, en cierto sentido,
una expresión, una realización de esa verdad suprema, de eso que permanece más
allá de las apariencias, dándole sentido a todo.
"El nacimiento de Venus" nos presenta a la diosa
aproximándose al espectador. Botticelli acaso ha querido expresar que el amorpor la belleza absoluta, la sabiduría y lo trascendente, tiene un límite
positivo: el goce del contemplador, la imagen del ser amado, la máxima
perfección. Y tal queda representado por la delicada figura de la diosa, grave
y pura- y sobre todo cercana- en el marco de un cosmos agitado por su
hermosa presencia. Imagen en donde vida, sueños y deseos se concilian hasta el
infinito.
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