viernes, 13 de junio de 2014

Muralismo y realismo social mexicano

Tradición y contenido social son dos de las características definitorias del arte mexicano desde los últimos dos siglos. Además, durante el siglo XX, los creadores nacionales han expuesto un talante humanista multitudinario y anti-aristocrático.

Mural de David Alfaro Siqueiros (detalle) 

En este mismo periodo, los pintores mexicanos han denotado influencias de las corrientes europeas, tal fue el caso de Gerardo Murillo, mejor conocido como el Dr. Atl, y considerado por muchos como el abuelo de la plástica mexicana de nuestro tiempo. Murillo estuvo en Roma y París en repetidas ocasiones. Diego Rivera, por su parte, experimentó en el periodo de 1907 a 1921, el ambiente de artistas como Renoir, Gauguin, Seurat y Cézanne. David Alfaro Siqueiros, en 1921, publicó un manifiesto para conminar a los muchos artistas mexicanos que en ese tiempo residían en el viejo continente, a retornar a su patria. Esta decisión la compartieron y llevaron a cabo, entre otros, Orozco Romero, Amado de la Cueva, Adolfo Best, Manuel Rodríguez Lozano, y posteriormente, Rufino Tamayo.

Diego Rivera
Una muestra de esta preocupación social a través de la fe artística y la tradición, propia de los artistas mexicanos de la primera parte del siglo XX, se hizo manifiesta en el muralismo. Los primeros murales de esta corriente aparecieron en 1922 y contenían escenas de la Revolución Mexicana y representaciones de las ideas socialistas. El cenit del muralismo mexicano se dio entre 1929 y 1934, cuando se abrieron las puertas del extranjero a los artistas aztecas. Por ejemplo, Orozco pintó en Pomona College, Rivera en San Francisco y Siqueiros en Los Angeles.

José Clemente Orozco
Los tres gigantes del realismo social mexicano fueron, precisamente estos artistas: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Diego, por medio de escenas multitudinarias, plenas, llenas de colorido, le dio vida a los planteamientos más profundos y críticos del marxismo; Orozco, por su parte, trabajó figuras aisladas, el patetismo, y lo trágico del destino. Siqueiros, finalmente, investigó la expresividad de la fuerza, la grandiosidad de lo humano y las ideas que perfilan su ser, ponderando, el dinamismo de la perspectiva.

David Alfaro Siqueiros

José Clemente Orozco

José Clemente Orozco

David Alfaro Siqueiros

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