viernes, 23 de mayo de 2014

La noción de naturaleza para los antiguos chinos

La noción de naturaleza para los chinos antiguos se encontraba muy ligada a la intuición del Tao. Sin embargo, la perspectiva holística de la realidad que se desprendía de estas concepciones al final superó cualquier tipo de modelo religioso, para transformarse en una cosmovisión generalizada para esas milenarias culturas.



Para la cultura china antigua el Tao era un vínculo entre todo el espacio, un nexo estructurado a partir de lo Masculino y lo Femenino, es decir, los grandes cimientos del cielo y la tierra. Y bajo este esquema, la lluvia era un símbolo de lo Masculino, su detención, en contraparte, obra del influjo Femenino en el universo. La noción de naturaleza para los chinos antiguos, se encontraba muy ligada a la intuición del Tao. Sin embargo, la perspectiva holística de la realidad que se desprendía de estas concepciones al final superó cualquier tipo de modelo religioso, para transformarse en una cosmovisión generalizada para esas milenarias culturas.

Todo como la naturaleza

Los sabios chinos de la antigüedad percibían a la Naturaleza como un todo, un ente único proveniente de un solo principio, particular, enigmático y sobrecogedor. La realidad se manifiesta como estructurada, separada, pero en el fondo, todos los objetos manejaban una dependencia principal y primordial.

El universo de la antigua China era una visión sistemática fluctuante, pero sujeta a una ley ineludible. Y aunque parecería anticipar nuestra actual perspectiva científica del mundo, lo cierto es que esta interpretación del ser es principalmente una concepción totalmente religiosa y religante. Se desprende de un hondo sentido de la maravilla por la presencia de las cosas, por lo providencial del surgimiento del ente.

Además, implica un deber de tipo moral por parte de los seres humanos para con su prójimo. Y finalmente, la idea del cielo que se maneja en la lectura china arcaica de la realidad se concibe casi cual si fuese una entidad personal.

Matrimonio del Cielo y la Tierra

Tien, el Cielo de los chinos antiguos, se encuentra estrechamente ligado con Tao, la naturaleza. Los poetas de las primeras dinastías percibían una humildad – de acuerdo a su cultura- expresamente femenina en el agua, y por lo tanto en el Tao, la naturaleza en su conjunto. El Cielo era valorado como el aspecto trascendental del ser. Muchos registros documentales dejan notar una concepción casi personalizada del Cielo: a veces se le considera incluso como un Padre.

Sin embargo, China nunca ha devenido Occidente; puesto que para ellos el último reducto de la realidad siempre permanecerá impenetrable, únicamente aludible en la forma de un precioso secreto. En la China antigua, quien de verdad era sabio, no intentaba conocer el Cielo. Esto contrasta con lo que se pensaba en las comunidades de Europa y Asia Menor, en donde la noción de Madre Naturaleza, dejaba ver un cierto resabio de poderío matriarcal, que sin duda se dio en las auroras de la humanidad.

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