sábado, 17 de mayo de 2014

Goya y los Mechas

Uno de los subgéneros más atractivos y tradicionales de manga y del anime es el de los mechas, es decir, el de los gigantescos robots de combate, pero cabe preguntarnos ¿cuál es la fascinación que ejerce sobre nosotros? ¿Cuál es su simbología filosófica? El gran pintor aragonés Francisco de Goya y Lucientes, podría darnos una pista para responder a estas interrogantes. 


 Al cielo por asalto 

Toda divinidad puede inspirar, a los seres humanos, veneración y respeto, pero antes que nada un gran temor, y esto ha sido una constante desde los tiempos antiguos. Este sentido de sobrecogimiento ante la trascendencia, bien pudo haber generado el surgimiento mismo del fenómeno humano, al modo de una reacción digna y orgullosa ante esta presencia impositiva y abrumadora. La obra de Goya titulada “Saturno devorando a sus hijos” es una muestra fehaciente de ello. En este oleo impactante, puede contemplarse a una enorme deidad desnuda, devorando a mordiscos el cuerpo sin vida de un ser humano, en un ambiente de tinieblas densas. 

Goya tuvo el acierto de percibir que en cada veneración a los dioses, en cada entrega religiosa, excesiva y no meditada, hay un cierto canibalismo en el que la que mucho de lo más valioso de la vida se ofrenda sin sentido, y a costa de un gran sufrimiento, a una grotesca e inasible presencia especular.


El sentido simbólico de ciertos personajes de la mitología o de la leyenda, como el titán Prometeo, los gigantes Oto y Efialtes- que apilaron montañas para llegar al Olimpo y derrocar a Zeus, o también Satanás serían un ejemplo de esta inconformidad activa en contra de la circunstancia de realidad en donde una deidad violenta y autoritaria nos consume la vida. En el anime Neon Genesis Evangelion, donde los humanos construyen robots para luchar contra los Ángeles de Dios, en el episodio donde Shinji combate contra Kaworu Nagisa, se hace una referencia directa a esta composición de Goya. 

Tomando el control del monstruo 

Pero sorpresivamente también, Goya, o alguno de sus alumnos más cercanos, nos ofrece otra perspectiva del asunto, en la famosa pintura titulada “El Coloso”, cuando al asumir este sentimiento de independencia ,el hombre construye una imagen de sí, similar a la del dios, para poder combatirlo. De pronto, ante tal situación, el nuevo dios de sí, se percata del peligroso poder que ha adquirido, capaz de controlar al universo entero situándose como centro del mismo. 

Este es el vértigo reflexivo que producen títulos de anime tan emblemáticos como Mazinger, Voltron, Gundam, Patlabor o Macross, por ejemplo: los seres humanos pueden asumir la divinidad de sí mismos, pero con el riesgo de producir muerte y destrucción entre sí, al ser incapaces de soportar la ingente responsabilidad que esto implica. 

Tal parece ser el sentido de la citada pintura “El Coloso” atribuida tradicionalmente a Goya, en donde un gigante ominoso camina sembrando el terror por un páramo en el que multitudes escapan empavorecidas.

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