Los trabajos de Botticelli dedicados a la "Divina Comedia" de Dante Alighieri, sobresalen como algunos de los más refinados de su vasta producción pictórica. Las ilustraciones que realizó Sandro Botticelli (1445-1510) para la “Divina Comedia”, magna obra del poeta Dante Alighieri (1265-1321) se cuentan entre sus más finos trabajos. Actualmente se tiene conocimiento de 94 grabados, los cuales se atesoran en la biblioteca del Vaticano y el Gabinete de Grabados al Cobre de Berlín.
También se consideran de la autoría de Botticelli 19 bocetos para grabados en cobre, realizados, casi seguramente, por Baccio Baldini, y que sirvieron como ilustraciones para la primera impresión de la Comedia, de 1481. Alighieri, en su Comedia- la cual recibió el calificativo de Divina por el escritor Giovanni Bocaccio- nos presenta en más de 14.000 versos una imaginaria travesía a través de las diferentes regiones de ultratumba: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
Esta obra se encuentra dividida en 100 cantos: 34 dedicados al Infierno, 33 para el caso del Purgatorio, y 33 en lo referente al Paraíso. En este trayecto colmado de peripecias, Dante es guiado en primera instancia por Virgilio, gran poeta de la antigüedad clásica, y luego por Beatriz, su musa y amor imposible.
Arquitectura del más allá
A lo largo de su viaje, en la Comedia, Dante se encuentra con numerosas personalidades del pasado e incluso contemporáneos suyos. Todos ellos permanecen en el sitio que les corresponde, dentro de las regiones ultraterrenas, de acuerdo a los delitos y méritos logrados a lo largo de su vida. Por ejemplo, en cierto ámbito infernal, las alcahuetas y los seductores corren desesperadamente en círculo, mientras son flagelados por demonios furibundos.
Un gran proyecto
La monumental edición de la Divina Comedia que se llevó a cabo en 1481, incluía un comentario de Cristoforo Landino, célebre humanista. Cada canto debía incluir una ilustración rectangular por parte de Botticelli, sin embargo, solo se completaron los grabados al cobre correspondientes a los 19 cantos iniciales. Muchos de estos grabados fueron incluidos en fechas posteriores, por ello, es factible conjeturar que se finalizaron más tarde, aunque no después del fallecimiento del calcógrafo mencionado, Baldini, en 1487. Considerando que Botticelli volvió de Roma a Florencia en 1482, los bocetos debieron estar listos, entre ese mismo año y el de la muerte de Baldini.
Refinada labor
Parece que Botticelli efectuó también en la década de 1480, los dibujos complementarios a los que sirvieron como base para los grabados en bronce, de esta primera edición de la Comedia. De acuerdo a ciertas fuentes del siglo XVI, Lorenzo di Pierfranceso de Médicis, primo de Lorenzo el Magnífico, fue el comitente del proyecto. No se ha determinado por qué las figuras de Botticelli quedaron sin acabar, puesto que los dibujos sobre pergamino debían de colorearse, tal como se observa en la ilustración correspondiente al canto 18 del Infierno, y la titulada como El embudo del Infierno. A pesar de lo anterior, la elegancia de los trazos de Botticelli, realizados con lápiz de plata y resaltados con pluma y tinta, hace que los dibujos no requieran de una coloración adicional.
Conciliación de dos genios
Botticelli, quien firmó las láminas dedicadas a los cantos XIV y XXVIII del Paraíso, expone a los personajes principales en los diferentes lugares del Infierno y el Purgatorio, de acuerdo a lo narrado en el poema. De esta manera, los dibujos ayudan a seguir a Alighieri en el curso de su travesía. Las ilustraciones de Botticelli traducen gráficamente el texto de Dante, con su estilo incomparable. La excelencia de estos trabajos hace patente que Botticelli estudió con atención el épico poema.
La conciliación estética entre Botticelli y Dante también se hace patente en lo siguiente:
Retrato de Dante
En esta obra de 1495, el famoso perfil de Alighieri sobresale rotundo sobre un claro fondo. De acuerdo a lo típico de esa época, Dante porta abrigo y capucha de color rojo encima de una gorra blanca. Esta pintura evidencia que Botticelli conocía el fresco dedicado a Dante creado por Domenico de Michelino que se conserva en la catedral de Florencia. En esta conocida representación, Dante también aparece llevando en las sienes una corona de laurel.
Infierno I (1481)
Baccio Baldini es el autor de esta ilustración, de 1481, basada en un boceto de Botticelli. Muchos de los esbozos del pintor florentino se utilizaron como modelo para las ilustraciones del manuscrito. Sandro utilizó la noble representación pensativa de este Dante, en otras pinturas, como por ejemplo, Juventud y primer milagro de San Zenobio (1500-1505) y en la tabla primera del ciclo de Nastagio degli Onesti (1482-1483).
La selva oscura (Infierno I)
La ilustración correspondiente al canto I de la Comedia, nos presenta a Dante justo antes de emprender su peregrinaje de ultratumba, deambulando reflexivo a través de una oscura floresta. Diferentes fieras- símbolos de graves pecados- amenazan la ruta del poeta. Tras una colina aparece el vate romano Virgilio, quien guiará a Dante en su peligrosa aventura. Este trabajo se encuentra maltratado por el tiempo, tanto, que casi no se puede ver una segunda imagen de Alighieri sentado.
El embudo del Infierno
El Infierno imaginado por Alighieri tiene una estructura parecida a un embudo con nueve círculos, mismos que se dividen en diversos anillos. En esta composición admirable, Botticelli maneja un punto de vista transversal del Infierno y lo hace con tanta precisión, que se pueden distinguir fácilmente las diversas etapas de la travesía de los poetas hacia el oscuro centro del mundo.
Infierno XVIII
Esta lámina, coloreada casi en su totalidad, nos ayuda a tener una idea del colorido vibrante que debían ostentar las ilustraciones. Dante y Virgilio se distinguen perfectamente por los colores vistosos de sus ropas. En su recorrido se aprecian, por ejemplo, numerosos pecadores torturados por feroces demonios en un pantano de lodo.
Paraíso XXX
Uno de los dibujos más bellos de Botticelli acerca de la Divina Comedia. Dante y Beatriz transitan impulsados por un rayo de luz y sus destellos son representados por Sandro como pequeños ángeles que se ocultan entre las flores. El prado de la derecha, apenas es un esbozo realizado con lápiz de plata.
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