Los leopardos marinos son una suerte de focas extremadamente agresivas: atemorizantes depredadores, acechan continuamente las poblaciones de pingüinos, en las lejanas regiones del antártico. Hace poco tiempo, el fotógrafo de National Geographic, Paul Nicklen, mientras fotografiaba la fauna y ambiente de la zona, se topo de frente con uno de los ejemplares de leopardo marino más grandes del mundo. Para sorpresa del alarmado Nicklen, este colosal leopardo marino no solo no lo atacó, sino que le trajo en sus fauces un pingüino vivo. Poco después, y a lo largo de cuatro días, este gigantesco leopardo marino le llevó a Nicklen varios pingüinos muertos, como si considerara al fotógrafo de National Geographic como un igual y tratara de ayudarle a obtener alimento. Una teoría para explicar el raro comportamiento de este enorme leopardo marino es que, al mirarse reflejado en la lente de la cámara de Nicklen, pensara que se encontraba ante uno de los suyos y tratara de mostrarse amistoso.
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