Por la perfección aparente con la que se desplazan los astros en el firmamento, podría ser cuestionable cualquier teoría que nos explique la formación del sistema solar como algo violento y catastrófico, entendido esto último como la alteración inesperada de ciertos factores en un ambiente determinado. No obstante, la gestación del sistema solar fue en efecto algo tortuoso y desde cierta perspectiva, muy afortunado. Y es que, si bien existen innumerables sistemas solares en el universo, solo sabemos de uno en donde el ordenamiento de los planetas, satélites y demás cuerpos siderales que lo integran, favorecieron la aparición de la vida en la Tierra, nuestra vida, nuestro mundo. Para comprender lo anterior, es pertinente tomar como ejemplo a la Luna. En el siguiente video se nos muestra, a través de una épica secuencia, cómo aconteció la trabajosa formación de nuestro satélite natural.
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