De Tulum a Xcaret, el sur de México, nación llena de riquezas culturales de los pueblos indígenas precolombinos, nos ofrece un ambiente de magia y misterio. Así como los aztecas establecieron una relación con sus deidades, basada principalmente en la guerra y elsacrificio, en el caso de los mayas, se puede apreciar un profundo sentido místico, en especial en la lengua maya.
Recientemente se ha puesto de moda hablar de las profecías mayas, sin embargo, es un error limitar todos los logros de esta cultura a ciertas predicciones de hondo simbolismo. Por ejemplo, en el caso de la religión maya, sus deidades, como es el caso de Kukulcan, poseen un talante poético-trágico bastante singular que vale la pena conocer.
Kukulcan era una suerte de interpretación maya del Quetzalcoatl de los aztecas, nahuas y toltecas. Su nombre quiere decir serpiente emplumada. Se sabe que Kukulcan fue una de las figuras más importantes del panteón maya. Grupos llegados del altiplano central de México llevaron consigo el culto a la serpiente emplumada o dragón con plumas. Algunos elementos de esta figura mitológica se combinaron con el Kukulcan histórico, un sacerdote de gran relevancia para el pueblo maya. El resultado fue un numen y un culto con un simbolismo profundo y complejo.
El Kukulcan histórico llegó en 987 d.C. a tierras mayas procedente del altiplano central. Este personaje huía de ciertos enemigos de la ciudad de Tula. Kukulcan se afincó, en primera instancia, en Putún y de allí se trasladó a la gran ciudad maya de Chichen Itzá. En ese momento la cosmovisión tolteca se unió con la maya para crear uno de los momentos culturales más interesantes en la historia de la antigüedad precolombina.
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