Al final del séptimo círculo, los poetas hablan con ciertos sodomitas florentinos. Luego llegan a un acantilado inmenso y convocan a un gran monstruo.
Casi al final del tercer recinto del círculo de los violentos- el séptimo del Infierno- Dante y Virgilio encuentran a otros sodomitas. Se trata de tres caballeros florentinos: Guido Guerra, Tegghiaio Aldobrandi y Iacopo Rusticucci. Ellos hablan con Dante acerca de la corrupción prevaleciente en su ciudad y aluden a otro caballero, en este caso, Guglielmo Borsiere. Los poetas siguen su marcha y poco después llegan al final del séptimo círculo, en donde, en medio de un ruido estruendoso, la corriente de sangre del río Flegetonte se derrumba en un acantilado que separa al séptimo del octavo círculo. Dante, entonces, desata una cuerda- que llevaba consigo desde el inicio de su viaje- de acuerdo a las indicaciones de su maestro. Con ella, Virgilio hace una señal y en breve aparece en el cielo una silueta monstruosa.
Cuestión de atuendo
El grupo de pecadores que reconoce a Dante, mientras deambulan en círculos entre la lluvia de fuego, está integrado por políticos de renombre y militares. Estos sodomitas reconocen la procedencia florentina de Dante, por su vestimenta. En el tiempo de Alighieri, la mayoría de los europeos se vestía a la moda inglesa o alemana, de aquel entonces. No obstante, los florentinos utilizaban una larga túnica sin pliegues- el llamado lucco- y una capucha. Con respecto a esta última, a manera de distintivo personal, Dante añadió, a las que usaba, una suerte de orejeras.
Símbolo enigmático
La cuerda que Dante portaba desde los inicios de su ruta y que en este punto se quita, a solicitud de Virgilio, resulta de gran carga simbólica. Ciertos dantistas expertos, reconocen en ella, al cordón de San Francisco, a cuya orden estuvo vinculado Dante. Parecería que este santo intercede, de cierta manera, por los poetas, para que el monstruo Gerión acuda en su auxilio y puedan continuar su viaje. Dante menciona que, este mismo cordón, le ha servido para hacerle frente a la pantera de la lujuria que lo acechó en el canto I del Infierno.
Denominación perenne
En este canto, en los versos siguientes “Más no puedo callar, pues no es falacia, y por esta comedia yo te juro, lector…” (vv.127-129), Dante se refiere como “comedia” por primera vez a su poema. Solo la volverá a nombrar de esta manera, en un pasaje del canto XXI del Infierno. Mucho se ha investigado acerca de por qué Alighieri tituló así a su trabajo. Sin embargo, la solución a tal interrogante parece estar en este mismo poema, ya que, en el canto XX del Infierno, Virgilio se refiere a su poema, la Eneida, como “mi alta tragedia”. De acuerdo a ello, solo basta recordar que, para Alighieri, la tragedia está definida por un estilo elevado y noble, mientras que la comedia, se caracteriza por un estilo sencillo y accesible. Desde esta perspectiva, la tragedia es clásica, mientras que la comedia es popular.
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