Crisipo de Soli fue un importante filósofo estoico que se concentró principalmente en cuestiones de lógica y de moral.
Nacido en la ciudad de Soli, en Cilicia, Crisipo (281-204 a. de C.) fue un destacado filósofo de la Antigüedad. A lo largo de 30 años, fue seguidor de Cleantes, y a la muerte de este último, ocupó el lugar como director de la escuela estoica. Las influencias principales en la filosofía de Crisipo son Zenón, el estoicismo, y la lógica megárica.
Un prolífico pensador
Crisipo de Soli escribió más de setecientos tratados acerca de lógica, ética y física, no obstante, de todo ello apenas ha perdurado una colección de títulos y diversos fragmentos. Fue un filósofo muy respetado en la Antigüedad y su labor fue decisiva para el estoicismo en general, en especial por su tentativa sistematizadora de la lógica megárica-estoica. Crisipo separaba la dialéctica en lógica de los significantes (sonidos articulados que se refieren a algo) y en lógica de los significados (lo que cada término de una lengua expresa). Estas teorizaciones lógicas fueron culminadas por Crísipo con una sintaxis lógica de las proposiciones (axiomata) simples o compuestas, con una definición de los argumentos indemostrables, y un conjunto de reglas de inferencia.
Contra lo contingente
Tal y como lo intentó Cleantes, su maestro, pero a través de un enfoque diferente, Crisipo también buscó la refutación del famoso argumento de Diodoro Crono, acerca de la reducción de lo posible a lo real. Esta tesis enunciaba que toda posibilidad es real, puesto que, aún si no ha sucedido, nada impide que alguna vez acontezca. Esta premisa se contrapone directamente a una de las nociones más caras al pensamiento estoico, misma que explica que: todo hecho es necesario en su acontecer, puesto que se orienta según el destino (heimarmene), es decir, la ley inalterable de las cosas.
Destino y libertad
No obstante lo anterior, en ese mismo afán combativo contra la propuesta de Diodoro Crono, Crisipo distinguía entre hechos necesarios, como la muerte de Sócrates (todos los hombres son mortales) y hechos necesarios, como perder la vida bebiendo cicuta (Sócrates pudo haber fallecido por otras causas). Es decir, Crisipo trató de hacer patente la distinción entre necesidades absolutas y necesidades relativas, dentro de la perspectiva estoica de la realidad. Es justamente en el ámbito de las necesidades relativas, en donde se despliega la moral estoica del sabio: su decisión y capacidad de existir de acuerdo a la naturaleza, y conforme al logos que determina los derroteros de las cosas y los acontecimientos.
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