Existen ciertas ocasiones privilegiadas, en donde, lo que acontece todos los días, y hasta cierto punto, pasa desapercibido por pura rutina, se descubre en toda su magnitud. Por ejemplo, el alba y el ocaso. En realidad se trata de fenómenos cósmicos prodigiosos, que, por el pragmatismo del día a día, se dejan de contemplar con la admiración que ameritan. En este caso, un fotógrafo pudo captar una puesta de sol de extraordinaria belleza. Estar en el momento exacto en el lugar exacto, puede ser en todo momento: es cuestión de atender y comprender.
Fuente: http://i.imgur.com/763qd.jpg
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