En una de sus primeras obras, Modigliani desarrolla un
sentido homenaje a la belleza femenina y a la tragicidad de la humana
existencia.
En esta obra se puede ver a una modelo apoyada en una silla,
dentro de una habitación muy sencilla. Por lo escueto del ambiente, nada
distrae la atención del espectador y así, puede contemplar plenamente la
femenina hermosura de la joven. Amedeo Modigliani (1884-1920) tomó al desnudo
como su tema predilecto y esta obra, elaborada en 1912, es uno de sus cuadros
más valorados.
Sensualidad comprensible
Por otra parte se trata de una de sus obras más tempranas.
La expresión de serenidad y sumisión que se percibe en la muchacha dota de una
intensa tensión erótica a la pintura. Los trazos angulosos y alargados y el
aspecto casi escultórico de la figura son distintivos de Modigliani. Para este
creativo el hombre fue, en última instancia, lo único por lo que valía la pena
expresarse. Pocos artistas han enarbolado un humanismo tan sincero, descarnado
y doloroso. La belleza de la joven, de este Desnudo, es tan heroica como
platónica: todas las mujeres están en esta joven, no por su perfección, sino
por la insuficiencia comprensible de su entrega vital y sincera.
Influencias patentes
Este artista italiano cultivó un estilo autónomo, sin
vincularse plenamente a ninguno de los movimientos estéticos prevalecientes su
época. No obstante, Modigliani estuvo muy influenciado por el cubismo, el arte
de Paul Cézanne y la escultura africana. Con relación a esta última referencia,
llama la atención el sutil atavismo que se desprende de este Desnudo-
como en sucede en las mejores obras de Modigliani, su fuerte simbolismo: el
pelo largo y suelto alude a la libertad; los ojos cerrados- el no-ver-
simbolizan la justicia, pero también, la fortuna, que se ofrece por completo,
sin mirar a quien. Por otra parte, el desnudo alude al sacrificio y la
virginidad, es decir, inocencia, y una abundancia de posibilidades sin
realizar. De tal suerte que, como las máscaras africanas, la feminidad que
retrata Modigliani en esta obra, alude a un existir puro y libre, sacrificado a
las miradas del Otro (los demás, lo social, lo instituido), como en un ritual,
ofrendando su belleza (su ser) sin distingos, inocentemente, a todos.
Destino trágico
Modigliani fue, además de pintor, un interesante escultor.
Su vida fue frenética y apasionada. Tras dejar Italia, se instaló en Francia en
1906 y vivió allí hasta el final de sus días. A los treinta y cinco años la
tuberculosis lo derrotó. Su pareja, Jeanne Hébuterne, no resistió la
pérdida de Modigliani y se quitó la vida lanzándose por la ventana.
Tenía nueve meses de embarazo. Oscuros augurios en el silencio: el gesto de la
modelo de Desnudo denota una gran piedad.
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