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viernes, 16 de marzo de 2012

Amedeo Modigliani: "Desnudo"


En una de sus primeras obras, Modigliani desarrolla un sentido homenaje a la belleza femenina y a la tragicidad de la humana existencia.



En esta obra se puede ver a una modelo apoyada en una silla, dentro de una habitación muy sencilla. Por lo escueto del ambiente, nada distrae la atención del espectador y así, puede contemplar plenamente la femenina hermosura de la joven. Amedeo Modigliani (1884-1920) tomó al desnudo como su tema predilecto y esta obra, elaborada en 1912, es uno de sus cuadros más valorados.

Sensualidad comprensible

Por otra parte se trata de una de sus obras más tempranas. La expresión de serenidad y sumisión que se percibe en la muchacha dota de una intensa tensión erótica a la pintura. Los trazos angulosos y alargados y el aspecto casi escultórico de la figura son distintivos de Modigliani. Para este creativo el hombre fue, en última instancia, lo único por lo que valía la pena expresarse. Pocos artistas han enarbolado un humanismo tan sincero, descarnado y doloroso. La belleza de la joven, de este Desnudo, es tan heroica como platónica: todas las mujeres están en esta joven, no por su perfección, sino por la insuficiencia comprensible de su entrega vital y sincera.

Influencias patentes

Este artista italiano cultivó un estilo autónomo, sin vincularse plenamente a ninguno de los movimientos estéticos prevalecientes su época. No obstante, Modigliani estuvo muy influenciado por el cubismo, el arte de Paul Cézanne y la escultura africana. Con relación a esta última referencia, llama la atención el sutil atavismo que se desprende de este Desnudo- como en sucede en las mejores obras de Modigliani, su fuerte simbolismo: el pelo largo y suelto alude a la libertad; los ojos cerrados- el no-ver- simbolizan la justicia, pero también, la fortuna, que se ofrece por completo, sin mirar a quien. Por otra parte, el desnudo alude al sacrificio y la virginidad, es decir, inocencia, y una abundancia de posibilidades sin realizar. De tal suerte que, como las máscaras africanas, la feminidad que retrata Modigliani en esta obra, alude a un existir puro y libre, sacrificado a las miradas del Otro (los demás, lo social, lo instituido), como en un ritual, ofrendando su belleza (su ser) sin distingos, inocentemente, a todos.

Destino trágico

Modigliani fue, además de pintor, un interesante escultor. Su vida fue frenética y apasionada. Tras dejar Italia, se instaló en Francia en 1906 y vivió allí hasta el final de sus días. A los treinta y cinco años la tuberculosis lo derrotó. Su pareja, Jeanne Hébuterne, no resistió la pérdida de Modigliani y se quitó la vida lanzándose por la ventana. Tenía nueve meses de embarazo. Oscuros augurios en el silencio: el gesto de la modelo de Desnudo denota una gran piedad.
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