Paisajes sublimes: belleza y vivencia

Es posible que cada persona tenga, como uno de los destinos secretos de su vida, contemplar ciertos paisajes. Ante la visión de un ambiente sublime, todas las circunstancias relacionadas con ese preciso momento, todos los acontecimientos que tuvieron que combinarse para que esa contemplación tuviera lugar, parecerían plenamente justificados. Por ejemplo, en la siguiente fotografía, el cielo y la tierra se concilian para dejar ver aspectos reveladores de la naturaleza. 

El cielo se humaniza al dejarse ver- de tan diáfano- hasta cierto punto, alcanzable; por otro lado, la tierra, lo mundano, se sublima, al fundirse con la transparencia de las máximas alturas, y por último, el factor clave, la tarea del contemplador: comprehender todos esos factores en su rica diversidad y comprender su sentido, desde el punto de vista del existir. Como este, cada paisaje puede ser nuestro paisaje en el reconocimiento pleno de su belleza y la vivencia inolvidable que genera.

Fuente: http://i.imgur.com/3tfgI.jpg

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