Para un artista interesado en explorar los difusos límites entre el ser y la cosa, entre lo material y lo orgánico, debe ser muy complicado alejarse de la magistral visión del recientemente desaparecido H.G. Giger. Y sin embargo, algo que se le debe reconocer a Ben Ridgway, es justamente eso. Se trata de un artista digital que se ha especializado en crear animaciones y composiciones visuales de fractales, dotados de una belleza extraordinaria y texturas que estimulan la imaginación. Lo mejor del arte visionario de Ben Ridgway es que tiene un estilo particular que casi no le debe nada a Giger, aunque se acerque al maestro suizo en las indagaciones libres que hace del trasfondo de la realidad, en donde lo sensual, lo material, lo cibernético y las zonas más remotas del subconsciente, o bien, las fronteras del cosmos, se nos presentan en extraordinarias animaciones.
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