La versión estadounidense del monstruo del lago Ness, bien pudiera identificarse en Champ, un monstruo que ha sido observado en el lago Champlain, en la zona limítrofe entre Vermut y Nueva York. El nombre de este ser se le debe a Samuel de Champlain, un francés quien afirmó haber avistado insólitas criaturas al explorar el área mencionada, entre los años de 1608 y 1612. Sin embargo, leyendas indias ya habían señalado la presencia de un pez singularmente grande, parecido a una gárgola, mismo que había sido nombrado como chaousarou.
A finales de la década de los setentas del siglo XX, una excursionista de nombre Sandra Mansi logró fotografiar el torso, cuello, y cabeza de un gigantesco animal emergiendo del lago Champlain. Un par de años después, un sonar detectó algo que medía unos cuatro metros aproximadamente y que se desplazaba veloz en el agua. Gran parte de los investigadores piensa que Champ es un reptil acuático prehistórico denominado como plesiosauro, o bien, una ballena nombrada como zeuglodon, ambos considerados como extintos desde hace millones de años.
Durante largo tiempo han surgido rumores acerca de la presencia de monstruos de agua dulce en lagos suecos, canadienses o tibetanos. En 1673, un experto cazador de osos afirmó haber disparado en contra de un dragón comedor de cabras en el lago italiano de Nambino. La revista Scientific American por su parte, en 1883, difundió el hallazgo de un monstruo de 12 metros y 3 cabezas en el río boliviano Benil. Además, algunas referencias no confirmadas señalan la presencia de anacondas mayores a los 9 metros en las selvas brasileñas. Tales criaturas se caracterizan por tener grandes ojos azul verdosos, y son denominadas por los habitantes de estos parajes como “sucuriju”, lo cual quiere decir, “boa gigante”.
En la década de 1920, una bestia con el cuello parecido al de un cisne atrajo la atención de la comunidad científica cuando fue avistada en el Lago Blanco de Argentina. En Irlanda, por otra parte, existen reportes de avistamientos de anguilas parecidas a caballos, con grandes jorobas y cabezas parecidas a ofidios.
Por lo menos el enigma de una de tales criaturas, un auténtico misterio criptozoológico, fue resuelto en 1987, en la región noroeste de los Estados Unidos. Durante muchos años se afirmó que en el lago Washington de Seattle habitaba un monstruo devorador de patos. Y ciertamente esto se confirmó hasta cierto punto cuando fue hallado muerto un esturión de 3 metros y medio, 80 años de edad y 408 kilogramos de peso. Esto nos hace pensar que muchos de los monstruos avistados en lagos, pudiesen ser criaturas reales y no seres fantásticos.
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