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jueves, 20 de septiembre de 2012

"Divina Comedia" Infierno canto III: el umbral

Luego de cruzar la puerta del Infierno, Dante se encuentra con los condenados por indolencia y con Carón, el barquero-demonio, navegando en el río Estigia.



Dante y Virgilio arriban a la puerta del Infierno. La ominosa inscripción que esta última ostenta, atemoriza a Dante, quien es reprendido y animado por Virgilio para continuar su travesía. De acuerdo al poeta florentino, el Infierno tiene forma de un cono invertido, un embudo. Aunado a un vestíbulo, el Infierno incluye nueve círculos en donde se imparten diferentes torturas, que van aumentando de intensidad conforme se estrechan dichos círculos, y se eleva la gravedad de las faltas cometidas. En el vestíbulo, Dante y Virgilio hallan a las almas de aquellos que vivieron en la completa indolencia. A estos condenados los persiguen y aguijonean persistentes insectos.

Poco después los poetas llegan al río Aqueronte, en donde el barquero-demonio Carón, encargado de transportar a las almas condenadas, se muestra reacio a llevar a Dante. Luego de que Virgilio persuade a Carón, emprenden la marcha en la balsa infernal. Al cabo de poco, vientos feroces y truenos provocan que Dante pierda el conocimiento.

Sentencia funesta

La leyenda grabada sobre el dintel del umbral del Infierno- rotunda como una lápida- y que abarca de los versos 1-9 de este canto, es uno de los pasajes poéticos más famosos de la historia: “Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto: me hizo la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría, y el primer Amor. Antes de mí no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!” En estas palabras se condensa todo el sentido del Infierno, obra realizada por Dios en un afán de justicia, para que ángeles y hombres rebeldes pagasen por su rebeldía. Dios Padre es la “Divina Potestad”, Jesucristo la “Suprema Sabiduría” y el Espíritu Santo, el “primer Amor”.

Arquitectura tortuosa

El Infierno que imaginó Dante en la Divina Comedia, tiene dos estructuras principales, de acuerdo a lo detallado en este canto. Está primero el Infierno Superior, el cual comprende los cinco primeros círculos y el Infierno Inferior, que abarca los cuatro últimos. El Infierno Interior es el corazón de Dite, la “ciudad doliente” que se menciona en el dintel del averno. El vestíbulo del Infierno, en donde los indolentes son torturados por insectos y gusanos, es un novedoso detalle por parte de Dante, en la escatología cristiana tradicional.
Dante y la mitología clásica

Muchas son las referencias a la mitología clásica que maneja Dante en la Divina Comedia. El río Aqueronte y el barquero Carón son dos de ellas. El primero es una gran corriente mencionada con frecuencia en la Eneida de Virgilio. Nace de las lágrimas que derrama un colosal anciano- descrito en el canto XIV del Infierno-, luego rodea esta parte del Más Allá, y desemboca en la laguna Estigia, tal y como se explica en el canto VII. Carón por su parte, de acuerdo a los mitos griegos, era hijo de Érebo y de la Noche. En las fuentes clásicas, Carón tenía un rol similar al que Dante le asigna en su poema. A Carón pronto le seguirán- en el transcurso de la Commedia- otros personajes tomados por Dante de la mitología grecorromana, como Flegias, Pluto, Gerión, el Minotauro, los Gigantes, los Centauros y las Arpías, entre varios más.



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