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jueves, 13 de septiembre de 2012

Los símbolos del grito

El grito es una forma de imitar los sonidos de la naturaleza para ahuyentar a los enemigos, pero también es la primera manifestación de vida. 


Un ejemplo de la carga simbólica que tiene el grito, lo tenemos en las leyes irlandesas, en donde el grito exhibe una gran valía como protesta legal. No obstante, para ello es necesario que se emita en circunstancias de lugar y tiempo, bien precisas.

Desde un enfoque religioso, el grito, muchas veces, tiene una referencia maligna y paralizadora. En Irlanda, los Ulates, al escuchar el pavoroso grito de la diosa Macha, padecían una repentina debilidad, por lo menos una vez en la vida y durante días y noches enteras.

Sonido de muerte

Este poder paralizante del grito se ha hecho patente en diferentes culturas. Así en el caso de los gritos de guerra de las tribus indígenas del continente americano; así, también en el caso del “¡Halala!” que clamaban griegos y troyanos al emprender la batalla. Los romanos también iniciaban sus ataques con un poderoso grito, el cual es nombrado por Tácito como el barditus o barritus. Posteriormente, los romanos adoptaron los gritos que los bárbaros utilizaban en la guerra, los cuales, principiaban con un murmullo apenas perceptible y finalizaban en un bramido impresionante.

Rumor de la naturaleza

En los textos del Corán, se asociaba al grito con los cataclismos: es la pena que súbitamente agobia a los injustos y los impíos. En la Biblia, la destrucción de Sodoma y Gomorra está comparada con el acaecimiento de un grito sobrecogedor, o un huracán. Los gritos de guerra refieren a la cólera divina; los gritos de dolor, a la protesta de los seres humanos, y los gritos jubilosos, a la plenitud del vivir. De acuerdo al pensamiento mágico, gritar es una cierta forma de producir. Llamar a gritos al Creador, invocar su cólera vengativa, es una manera de dinamizar las fuerzas de la naturaleza en contra de los enemigos. El grito humano, desde este atávico contexto, es un modo de captar el poder del grito divino: imitar los sonidos de los truenos y los temporales para atemorizar a los contrarios. Algunas doctrinas japonesas tratan de enseñar a sus seguidores la técnica de ultimar a un adversario, con un solo grito.

La voz del éxtasis

En el ámbito de la Grecia Antigua, en la procesión de los hiera, que iba de Atenas a Eleusis, a través de la Vía sagrada, resonaban festivos gritos. Una deidad personificaba directamente al grito, Yaco. Este numen era una advocación de Dionisos. Yaco, el grito extático de los misterios eleusinos, estaba vinculado con Deméter. Por ende, tiene una referencialidad de fertilidad, de amor, de vida. El grito, en la Grecia Arcaica, era una manifestación del júbilo de existir. El primer respiro de un recién nacido deviene en un grito. Gritar puede ocasionar la muerte, pero también es una afirmación de la vida.


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