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miércoles, 4 de abril de 2012

La literatura de los cínicos

Los filósofos cínicos, encabezados por Antístenes y Diógenes, cultivaron diversos géneros literarios para exponer sus polémicas doctrinas. Por su singular propuesta de pensamiento, podría pensarse que los filósofos cínicos no escribieron obra alguna, imitando así a su principal modelo, el ateniense Sócrates. Sin embargo, esto no sucedió así, Los cínicos, tal y como sucedía con las demás escuelas filosóficas, precisaban de dar a conocer sus doctrinas, presentar defensa ante los ataques que les hacían sus adversarios y, principalmente, criticar las costumbres de sus semejantes. Por ello, varios de los cínicos más importantes, escribieron interesantes obras literarias y filosóficas.



Su líder Antístenes, escribió más de cincuenta obras, dedicadas a los temas más diversos. Algunos de los libros de Antístenes fueron: Sobre los estilos de Lisias e Isócrates, Sobre la naturaleza de los animales, Sobre la realeza, Sobre la música, Sobre las cosas del Hades, etc. Además, el cínico más recordado, Diógenes, fue el autor de varios diálogos y tragedias.

Los escritos de los cínicos -extraviados casi en su mayoría- eran de géneros muy variados, pero abundaban en ellos, los tratados, tragedias, diálogos, cartas e incluso fábulas. Pero adicionalmente sobresalen dos formas literarias menores que fueron particulares de los cínicos: la chria y la diatriba. En ambas a medio camino entre la broma y la seriedad, se lleva a cabo una lúcida crítica de los valores de la sociedad.

Recursos literarios

Además, los cínicos dominaban la sátira, la parodia y la utopía. Uno de sus recursos estilísticos habituales era la utilización de temas clásicos alterados en su sentido original. Justo ese es el caso de Diógenes en su tragedia Tiestes, en la cual defendía el canibalismo, o en Edipo, en donde justificaba el incesto. Otro importante cínico, Menipo, combinó prosa y verso en sus satíricos escritos y así, le dio vida a la alternativa literaria del prosimetrum.

La chria (que significa “asunto que se utiliza como ejemplo”) es la reacción expresada ante una circunstancia inesperada y contra alguien en especial. Se pueden identificar tres clases de chria: de respuesta, enunciativa y de hechos. En el caso de la primera, el filósofo cínico contesta a una interrogante que se le hace; por lo que se refiere a la chria enunciativa, consiste en un comentario enfocado a una situación precisa. Finalmente, en la chria de hechos, el cínico no contesta con palabras, sino con algún gesto ingenioso.

Estos son ejemplos de los diferentes tipos de chria:

De respuesta.- Cuando Alejandro Magno le dijo a Diógenes: “Pídeme lo que quieras”, el filósofo del tonel le contestó: “Apártate del sol”.
Enunciativa.- Cuando Diógenes miró cómo llevaban los sacerdotes a un ladrón del templo, dijo: “Los grandes ladrones llevan al pequeño ladrón”.

De hechos.- En un banquete le arrojaron las sobras a Diógenes como si fuera un perro. Entonces el filósofo se incorporó y orinó sobre los comensales.

El arma predilecta

Por lo consiguiente, la chria, si bien tiene una procedencia popular y no es exclusiva de los cínicos, sí se perfila como el recurso perfecto para la enseñanza de la filosofía cínica.

La causa de ello estriba en que, una vez que los cínicos rechazaron la forma tradicional de la didáctica, a través de la argumentación y el razonamiento, entonces los ejemplos que brindan estos polémicos pensadores, sus observaciones y comentarios mordaces con relación a eventos concretos, son el único recurso válido para aprender y transformarse en un auténtico filósofo.

La chria de los cínicos siempre se presenta ingeniosa y la mayoría de ellas se le atribuyen a Diógenes. Sin embargo, en esto último hay que guardar ciertas reservas, ya que por el carácter anónimo de este género, frecuentemente una misma chria se le atribuye a diferentes filósofos. Las Vidas de Diógenes Laercio, son, en esencia, interesantes recopilaciones de chrias.


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